SKATE
En septiembre de 2019, en la visita mensual que tuvimos con nuestra fisioterapeuta, nos propuso practicar con un monopatín o skate. Es una tabla con ruedas sin nada a lo que agarrase. Me sigue sorprendiendo nuestra fisio por los retos casi imposibles que nos pone, pero me encanta.
Me gusta que nos ponga el listón tan alta para que nos esforcemos un poco mas. Siempre ha sido así. Soy consciente de que el skate no se lo propone a ningún otro paciente suyo. Depende del niño y de la capacidad de trabajo e involucración de la familia.
También la admiro por eso, porque es flexible y capaz de adaptarse a las necesidades y particularidades de cada niño, y no como la mayoría de médicos o profesionales que hemos conocido durante todos estos años.
El skate es otra de esas cosas que ni se me hubiese pasado por la cabeza practicar por las propias autolimitaciones que nos imponemos. Tenía el típico pensamiento “eso para mi hijo es imposible”.
Mi hijo ya montaba en patinete (parecido al skate pero con un mango para agarrarse) desde que era muy pequeño, e incluso era capaz de montar en hoverboard. Así que por que razón no íbamos a intentar el skate.