RUTINAS
DE REHABILITACIÓN 2018
En
el 2018 nuestras rutinas de rehabilitación eran muy parecidas a las
del 2017.
En
la sesión que en el artículo del 2017 llamé “Sesión A”, hemos
introducido o variado algunos ejercicios como saltar a la comba,
ejercicios de karate o nuevos ejercicios de espaldera.
En
la “sesión B”, a finales de 2018, hacíamos 1 serie corriendo a
8 km/h durante 15 minutos sin agarrarse a la máquina.
Otra
serie sin agarrarse con 1 minuto y medio a 11,5 km/h, después 15
segundos a 13,5 km/h agarrándose, después 15 segundos a 13,5 km/h
sin agarrarse a la máquina, después 15 segundos a 14,5 km/h
agarrándose, después 15 segundos a 14,5 km/h sin agarrarse a la
máquina, y por último 15 segundos a 16 km/h agarrándose.
Otra
serie a 10 km/h durante 8 minutos.
Y
otra serie a 9 km/h durante 10 minutos.
En
total recorríamos unos 9 o 11 km dependiendo del día. Un día
llegamos a 12 km.. La serie de andar hacia delante la hacíamos a
3,5-4 km/h, andar de lado a 3 km/h y para atrás a 2,5-3 km/h. Además
también hacemos unos 8 minutos de stepper. En total se nos va la
sesión a 2 horas de duración entre ir al baño, cambio de aparatos,
merendar y demás.
En
el 2018 ya solo vamos al fisioterapeuta una vez al mes o cada mes y
medio. En verano estuvimos casi 3 meses sin ir.
Cada
vez va teniendo menos importancia ir al fisioterapeuta. Solo vamos
para mantener el contacto y para que revise y haga una evaluación al
niño. Además nos da alguna indicación que siempre viene bien.
NATACIÓN
VERANO 2018
En
verano de 2018 apuntamos a mis hijos por primera vez a una actividad
extraescolar.
Mi
hijo con hemiparesia ya tenía 10 años y llevaba tiempo reclamando
que todos sus amigos hacían alguna actividad extraescolar y el no.
Durante el curso escolar esto es imposible por nuestra rutina diaria,
pero en el verano decidimos probar a apuntarles a un curso de
natación.
Estuvieron
apuntados 6 semanas en julio y agosto. Es el típico curso de
natación que se organiza en las piscinas municipales para todos los
niños. Había 3 niveles; niños que no sabían nadar, niños que
sabían nadar un poco y el tercer nivel era para los niños que ya
sabían nadar.
Apuntamos
a mi hijo en el tercer nivel de los niños que ya sabían nadar. Mi
hijo era de los niños mas pequeños de ese grupo. La mayoría de
niños tenían entre 12 y 18 años.
A
mi otro hijo que en julio de 2017 tenía 7 años le metieron en el
grupo del nivel intermedio, pero casi mas por edad, porque nada igual
o mejor que mi hijo mayor.
Mis
hijos ya llevaban años practicando en la piscina de casa y nadaban
perfectamente. Les enseñé yo a nadar. Y en concreto a mi hijo con
hemiparesia tuve que echarle bastantes horas para enseñarle a nadar
y corregir los patrones incorrectos que tenía.
Pero
en el verano de 2018 ya nadaba perfectamente a crol, braza y espalda,
y sin prácticamente patrones incorrectos. Únicamente no estiraba
tanto el brazo izquierdo como el derecho, pero no es prácticamente
apreciable para nadie. Digamos que lo estira al 95% y el derecho al
100%. Un profesor de natación municipal que tiene 10 niños mas, y
tiene a los niños a mas de 10 metros de distancia no se da cuenta de
eso. Yo me doy cuenta porque soy muy perfeccionista y le exijo al
máximo, me fijo en esos pequeños detalles y en la piscina de casa
le tengo a 2 metros de distancia.
Otro
patrón incorrecto es que a estilo crol, mueve un poco menos la
pierna izquierda que la derecha. Pero la mueve. Tampoco es nada
apreciable por nadie.
El
curso de natación en el nivel alto consistía en 1 hora nadando sin
parar de lunes a viernes. Desde que llegaban a las 10 de la mañana
se metían al agua y empezaban a nadar (siempre en la parte
profunda). Iban variando de estilo y ejercicios según les iba
indicando el monitor pero nunca paraban de nadar. Algunos días sobre
las 10:50 hacían algún juego en el agua y no nadaban. El nivel
intermedio de mi hijo pequeño tenía parte de natación pero mucha
parte de juegos.
La
experiencia fue fenomenal. Los primeros días estaban muy cansados,
pero después de la primera semana se adaptaron muy bien. Nadie notó
que mi hijo tuviese hemiparesia. Dentro del agua es como un niño
normal. No se le nota absolutamente nada. Incluso cuando echan
carreras de nadar, queda mas o menos por la mitad, y en carreras de
resistencia hay pocos que le ganen. Fuera del agua como van sin
zapatillas por césped o baldosas que queman o pinchan al andar,
todos los niños andan un poco “raro”, y esa pequeña cojera o
descoordinación que tiene mi hijo al andar, pasa desapercibida.
Además
es un ejercicio de rehabilitación estupendo para nuestros niños, y
es uno de los mejores deportes que pueden hacer. 1 hora nadando sin
parar…..yo no se si aguantaría tanto.
Donde
mas dificultades le vi, fue cuando les dejaban jugar. Esos juegos son
con colchonetas, balones, saltos, etc. Esos juegos exigen rapidez de
movimientos, coordinación y capacidad de reflejos, que es donde mi
hijo tiene mas limitaciones, y es donde mas se notan sus diferencias.
Además mi hijo que es muy prudente, le dan un poco miedo esas
situaciones porque se siente inseguro y el percibe que no está en
igualdad de condiciones que los otros niños.
Así
que en esos juegos el se mantenía en un discreto segundo plano, sin
participar mucho. Algunas veces decía que ya estaba cansado y les
miraba desde fuera de la piscina hablando con el monitor o con algún
otro niño que tampoco quería jugar.
En
resumen, la experiencia nos gustó muchísimo y vamos a repetir todos
los años que podamos.
VERANO
2018
En
el verano de 2018 nos tomamos 15 días de vacaciones y algún fin de
semana sin rehabilitación. El resto de los días los niños iban a
natación por la mañana y luego tenían tiempo libre, y por la tarde
hacíamos rehabilitación. Los fines de semana hacíamos
rehabilitación por la mañana y las tardes libres. Muy pocos fines
de semana hicimos rehabilitación mañana y tarde. Poco a poco y
según lo planeado, cada vez vamos teniendo mas ocio en nuestra vida.
BICIBLETA
En
noviembre de 2018, hice una ruta con mis 2 hijos de 18 km por
caminos en 3 horas. Hasta la fecha ha sido lo máximo que hemos
hecho.
Durante
el 2018 solemos montar en bicicleta un par de sábados o domingos al
mes y normalmente nuestras rutas son de 10-12 km en 2 horas, pero
poco a poco vamos aumentando y en 2019 haremos casi todas las rutas
de 3 horas.
Nuestras
rutas son siempre por caminos por el campo, con dificultades de todo
tipo, subidas, bajadas, baches, muchas piedras, arroyos, etc.
Mi
hijo con hemiparesia lleva una bicicleta de 24 pulgadas, y mi hijo
pequeño una de 20 pulgadas. Aunque una bicicleta de 24 pulgadas es
de un tamaño raro, decidí comprársela porque es un tamaño
intermedio que le está viniendo fenomenal.
Otros
niños con mas coordinación se adaptan mas fácilmente a bicicletas
de 26 pulgadas aunque les vayan grandes. Pero en el caso de mi hijo,
probamos con una de 26 pulgadas y se sentía muy inseguro porque no
llegaba con los pies, y no tiene esa capacidad de reacción rápida
de saltar o improvisar un movimiento para no caerse. Así que vamos
poco a poco y con tamaños de bicicletas que le están perfectos a
su medida.
Mi
hijo en este momento monta en bicicleta con total normalidad, sin
que se le note ningún patrón incorrecto. Únicamente le indico a
veces que ponga recta su muñeca izquierda porque tiene a
flexionarla hacia abajo en exceso.
Es
cierto que en bajadas muy pronunciadas, o cuando hay muchos baches o
muchas piedras va muy lento y con cuidado. Es como si fuese
consciente que su equilibrio y coordinación no es como la de su
hermano, y el necesita ir mas despacio.
Pero
me gusta que sea tan prudente y sepa sus limitaciones. Al fin y al
cabo ya es casi un milagro que pueda competir en igualdad de
condiciones con su hermano, como para encima exigirle que vaya mas
rápido.
Sin
embargo cuando hay subidas, el es el que gana a su hermano. Está
muy fuerte y muy entrenado y eso se nota. Así que su autoestima es
buena porque sabe que subiendo es mejor que su hermano.
En
general mi hijo destaca en deportes de resistencia. Montando en
bicicleta, corriendo o nadando largas distancias es muy bueno, y
casi podría ganar a cualquier niño. Está muy fuerte y muy
entrenado, y puede competir sin problemas en esos deportes.
Sin
embargo no es tan bueno en esos mismos deportes en cortas
distancias, compitiendo en velocidad. Para eso se necesita
explosividad, gran capacidad de reacción y coordinación que el no
tiene.
Yo
siempre le estoy reforzando positivamente diciendo que cada niño
tiene unas características, y es bueno en unas cosas y no tan bueno
en otras. Y que eso le sucede a todos los niños. Nadie es bueno en
todo en la vida. Y el en esos deportes de resistencia es muy bueno.
ASPECTOS
EMOCIONALES Y PSICOLÓGICOS
A
mi hijo nunca le hemos negado lo que tiene, pero tampoco nos gusta
usar etiquetas.
Su
proceso de tomar conciencia de su situación ha sido muy poco a poco,
y con mucha normalidad, pero no tiene conciencia de ser minusválido.
Sabe que tiene algunas limitaciones y le cuesta mas hacer algunas
cosas que otros niños, pero no tiene ese sentimiento de minusvalía.
Nunca
me han gustado las etiquetas. Creo que los seres humanos usamos
muchas veces esas etiquetas como excusas para no hacer cosas, nos
refugiamos detrás de ellas, y nos dejan marcados mental y
emocionalmente.
Por
ejemplo en el caso de la hiperactividad, que ahora está tan de moda,
mi padre es un hiperactivo grave de manual.
Lo
que pasa es que el nació en 1945 y nunca le han dado medicinas para
tratar su hiperactividad, ni le han hecho ningún informe, es mas el
ni sabe que lo es. Simplemente le hemos dicho de siempre que es muy
nervioso.
Pues
bien, a pesar de su hiperactividad grave, mi padre estudió una
carrera (y proviene de una familia pobre), ha sido directivo de una
gran empresa, ha tenido toda su vida 2 trabajos, y su hiperactividad
no le ha supuesto ninguna limitación. Estoy seguro de que si hubiese
nacido hoy, estaría muy etiquetado y condicionado por su
hiperactividad.
Con
esto quiero decir que creo que todos tenemos unas limitaciones o
condicionantes, con los que evidentemente nos puede resultar mas
fácil o difícil realizar algunas tareas.
Pero
en mi opinión otra gran barrera a la que nos enfrentamos es a los
condicionantes psicológicos que nos autoimponemos o nos impone la
sociedad.
En
el caso de nuestros hijos con hemiparesia, creo que esa es otra labor
fundamental que tenemos que hacer los padres, intentar que no tengan
esas limitaciones psicológicas. Cuando sean mayores que no lleguen a
usar como excusa frases del tipo: “yo es que no voy a poder
conseguir tal objetivo (por ejemplo un trabajo) porque como tengo
hemiparesia….”. Siempre hay casos de todo tipo. Yo siempre me
refiero a mi hijo y niños como el con hemiparesia y sin afectaciones
mentales.
Nosotros
lo que hacemos es reforzarle mucho positivamente. Decirle todas las
cosas buenas que el es capaz de hacer que son muchas. El es un niño
muy sociable, le es muy fácil hacer amigos, es un “ligón” con
las chicas, es muy guapo, es una persona buena de corazón y justa,
aprendiendo idiomas es muy bueno, es un niño muy maduro, muy
inteligente y con mucho sentido común, etc. Y físicamente está muy
fuerte, yo le digo que tiene un cuerpazo, es muy bueno en deportes de
largas distancia de resistencia: correr, bicicleta y natación.
Además tiene un hermano con el que juega mucho, una familia que le
quiere, unos perros que también le quieren mucho, etc.
También
le admitimos que tiene diferencias, pero todo el mundo las tiene.
Sería negar lo evidente. Pero es que los seres humanos somos gordos,
flacos, altos, bajos, cojos, mancos, listos, tontos, sociables,
gruñones, guapos , feos, etc. No hay nadie perfecto en este mundo.
Incluso si existiese alguien perfecto en este mundo, probablemente
tendría un ego tan grande de ser tan perfecto, que esa sería su
imperfección.
Yo
a mi hijo le pongo ejemplos reales de personas que conocemos. Creo
que los niños necesitan casos reales no solo conceptos teóricos
para entenderlo mejor.
Cuando
mi hijo tiene algún momento de bajón, le digo fíjate en
“fulanito”, fíjate como es y como es su vida. Le refuerzo
positivamente diciéndole cosas buenas suyas, y le pregunto que me
diga algo que el no puede hacer. Y le digo cambiarías tu vida por la
de “fulanito”. ¿te gustaría ser como el?. Esto es solo un
ejemplo de las múltiples charlas que tenemos a lo largo del año.
Este
año, en mayo del 2018, un día que estábamos haciendo
rehabilitación me dijo la frase mas grave que me ha dicho hasta el
momento. Era un día que tenía la autoestima un poco baja por algo
que había sucedido en el colegio. Y cuando llevábamos como una hora
de rehabilitación, va y me suelta, “es que yo soy discapacitado”,
y se puso a llorar.
Yo
le pregunté que le pasaba, por que decía eso, y que donde había
oído esa palabra.
Afortunadamente
no se lo había dicho nadie en el colegio. Me extrañaba mucho porque
su hemiparesia no es prácticamente apreciable para nadie que no sea
profesional.
Era
por el tema de la flauta que ya habíamos detectado otras veces. Como
es normal le cuesta muchísimo tocar la flauta de manera normal con
las 2 manos, y además se siente muy presionado por el profesor que
quiere que lo haga de manera perfecta. Es en lo único que mi hijo se
siente distinto en el colegio, al tocar la flauta. Y mas por el
profesor que por el resto de niños que no se dan ni cuenta de como
tocan la flauta el resto de niños. Lo de la palabra discapacitado lo
había aprendido en algún lado, pero no es que se lo hubiese dicho
nadie a la cara como yo me temía.
Mi
estrategia para subir su autoestima en ese momento de crisis, fue lo
primero preguntarle si sabía que significaba la palabra
“dis-capacitado”. Me dijo que no. Le dije que es alguien que no
es “capaz” de hacer algo. Que no está capacitado para hacer
algo. Y que me dijese alguna cosa que el creía que no era capaz de
hacer como el resto de niños. Me respondió que la flauta. Le
pregunte que si algo mas, y le insistí poniéndole ejemplos para ver
si detectaba algo mas. Me dijo que no, que solo eso.
Le
dije, “bueno de acuerdo, igual te cuesta tocar la flauta un poco
mas, y tienes que practicar mas que otros niños, estamos
aprendiendo, aunque yo creo que la tocas fenomenal pero a tu estilo.
Cada uno tiene su estilo.
Pero
vas a vivir 90 años, y como crees que es de importante el aprender a
tocar la flauta perfectamente en tu vida en 90 años. Ten en cuenta
que te vas a casar, vas a tener hijos, se van a morir tus perros, tus
abuelos, igual te quedas sin trabajo en algún momento, etc. ¿De 0 a
100 que importancia le darías?”
Me
responde que menos de un 10, y le digo pues eso es poco importante
¿no?. Además yo no se tocar la flauta, y tu dentro de 4 años ya la
dejarás de tocar si no quieres y nunca mas la volverás a tocar.
¿Entonces
tu crees que alguien que lo único que no es capaz de hacer es tocar
la flauta perfectamente es un discapacitado? Porque además no es que
no la puedas tocar, solo que lo haces un poco a tu estilo, que ya te
he dicho que para mi lo haces perfectamente, y yo mando mas en tu
vida que el profesor de música.
Me
responde que no. Además le pongo ejemplos de niños que conocemos en
sillas de ruedas, o con minusvalías mentales y le digo que esos
niños si que no son capaces de andar, ni de hacer muchas cosas.
¿Entonces
cual es el problema?¿que no lo haces perfecto como dice el profesor?
Si.
Que me dice que tengo que practicar mas, y que me quede en recreos
para mejorar.
Pues
dile al profesor que tu tocas así a tu estilo. Que te cuesta subir
el dedo anular y que por eso mueves la muñeca de esa manera.
Me
responde: “no, que me da vergüenza, no me atrevo”.
¿Quieres
que vaya yo a hablar con el profesor? Si.
Vale
iré.
A
la semana siguiente fui a ver al profesor y conseguimos pasar ese
bache que de momento no se ha vuelto a repetir.
Mi
hijo en estos momentos en diciembre de 2018, no tiene conciencia de
ser minusválido. No hay nada que el crea que no pueda hacer, aunque
sea mas lento o a su manera. Lo que si se queja es de que su vida es
distinta al resto de niños que el conoce. Que el tiene que hacer
rehabilitación todas las tardes, y le gustaría ir a actividades
extraescolares como sus compañeros de clase, o tener mas tiempo
libre como tiene su hermano. Le hemos explicado que cada uno tenemos
nuestras rutinas de vida, también con ejemplos reales, y poco a poco
lo va asimilando.
Una
vez, a finales de 2018, hablando con el sobre las rutinas de cada
persona, le puse de ejemplo a grandes deportistas (como Rafa Nadal),
que desde muy pequeños han llevado una vida muy distinta al resto de
sus compañeros de clase. Entrenando muchas horas, igual o mas de las
que nosotros hacemos rehabilitación. Y le digo, ves “tu eres como
Rafa Nadal”, y se ríe.
En
otra ocasión en diciembre de 2018, hablando sobre un vídeo que le
estaba haciendo, le explico que ese vídeo es para enseñar a otros
niños a hacer los ejercicios por si les puede ayudar. Y me dice, “si
Papá tu eres el entrenador, pero yo soy el que hago los ejercicios,
y el que se como se siente, yo se lo que es esta enfermedad”, y le
pongo una mirada, y me dice “bueno enfermedad no, que nací así”.
Y me lo dijo con total normalidad, sin llorar, ni energía negativa
ni nada.
Y
le respondo, “No es una enfermedad, naciste así, cada uno nace de
una manera, y tienes razón hijo, cuando seas mayor podrás enseñar
a otros niños como hacer ejercicios, y seguro que lo harás mucho
mejor que yo porque tu sabes que se siente. Tu eres como Zidane, que
fue un gran jugador y luego fue entrenador, yo solo soy entrenador
pero no he sido jugador, así que lo harás mucho mejor que yo”, y
se ríe.
Este
tipo de conversaciones que tienes con tu hijo de 10 años, te llegan
al corazón, y te dan lecciones de lo maduros e inteligentes que son
nuestros hijos.
En
los momentos de estima baja, nuestra vida nos parece la peor del
mundo. Pero si nos ponemos a observar la vida de otra gente, resulta
que nuestra vida no es la peor del mundo incluso a pesar de la
hemiparesia.
Evidentemente
es un argumento trampa porque yo elijo “fulanitos” que se que mi
hijo va a ver como con vidas peores y va a valorar mas nuestra vida.
Es una estrategia psicológica. Para reforzar su autoestima porque
aún es un niño y como todas las personas, y mas los niños, tiene
momentos de baja autoestima.
Pero
el mensaje final que le quiero transmitir sigue siendo válido, es el
mismo. Ninguno somos perfecto, e incluso a pesar de la hemiparesia,
tenemos que dar gracias porque al fin y al cabo estamos vivos. Que es
lo mas importante. Somos felices, tenemos un montón de cosas de las
que disfrutar: comida, hermanos, familia, playstation, montar a
caballo, bucear en el mar, ligar, etc.
La
hemiparesia es solo una pequeña limitación que no puede afectar ni
condicionar todas sus emociones y sus mentes. Pueden sentirse con las
mismas posibilidades que cualquier otro niño.
PROGRAMA INTENSIVO EN NAVIDADES
En diciembre de 2015 empezamos a hacer un programa intensivo de terapia restrictiva en casa en las vacaciones de navidades. Repetimos este programa en 2016, 2017 y 2018. Igual que todos los años, le inmovilizamos de forma permanente la mano no afectada durante unos días. Si tenemos algún evento o fiesta familiar le quitamos la restricción. El resto del tiempo en casa mantenemos siempre la restricción puesta porque cuando estamos solos acepta la restricción bien.
Todos los ejercicios son juegos y actividades que se realizan con su hermano y su madre. El niño se lo toma como un periodo de descanso de la rehabilitación diaria que hace conmigo el resto del año, y nos sirve para descansar mutuamente uno del otro.
Además le sirve para reafirmar que puede usar esa mano para lo que desee, y que es capaz de hacer casi cualquier cosa con ella. Es un refuerzo y recordatorio.
Es curioso, porque este año, como a principios de diciembre fue el mismo el que me preguntó si en navidades íbamos a poner el “guante” todo el día. No tiene rechazo al guante, y sabe que ese período es de vacaciones de rehabilitación.
Para hacer la férula restrictiva, primero ponemos un vendaje de este tipo para que la piel del niño no esté en contacto directo con la parte dura:
Encima de este vendaje se pone la férula dura. Es como un tipo de “escayola” que se tiene que mojar en agua, y se va enrollando en la mano del niño. Cuando este tipo de material se seca se pone duro. Hay que ponerlo con suficiente holgura para que no haga daño al niño. Pero tampoco tan suelto que pueda sacar la mano.
No es difícil de poner. Igual la primera vez puede salir mal por falta de experiencia, pero a la segunda vez, sale bien casi seguro. Para quitar la férula se puede hacer con una tijera sin punta. Se corta bien, teniendo cuidado de no hacer daño al niño.
Algunos de los juegos y ejercicios que hacemos esos días de terapia restrictiva son estos:
EJERCICIOS 2018
Algunos ejercicios que hemos hecho durante el 2018 son estos:
- Ejercicio de estiramiento de espalda y fortalecimiento de manos en espaldera. Cuando empezamos este ejercicio, cuando era mas pequeño, yo sujetaba a mi hijo y el se cogía de la barra y solo aguantaba 2 segundos, y sujetándole yo parte de peso. Ahora suele hacer 10 segundos, y a veces llega a 15 segundos.
- Pata coja. Este ejercicio lo hemos ido complicando a lo largo de los años. Empezó sujetándole yo de su cuerpo, luego sujetándole de las manos, luego apoyándose el solo en una pared, luego sin apoyarse en nada. En el 2018 ya era capaz de estar a la pata coja mas de 30 segundos sin problemas, así que decidí complicarlo un poco mas. A mediados del 2018, empezamos a hacer la pata coja pero agarrándose el mismo la otra pierna. Esto es mas difícil porque desestabiliza mas. De momento aún dura pocos segundos, pero seguimos practicando.
- Abdominales. Es un ejercicio básico. Pero esta variante la hemos incorporado este año. También hacemos otro desde que era un bebé, que es incorporándose por el lado izquierdo apoyando codo y muñeca.
Estos son solo algunos de los ejercicios que hacemos. Algunos otros que hemos grabado, están en nuestro canal de youtube:
CALZADO Y DAFOS
Durante el curso escolar 2017-2018, mi hijo seguía llevando las DAFO al colegio los días que no tenía educación física. Los días que tenía educación física ya no se las poníamos porque, al ser ya tan mayor, ya corría y saltaba mucho y le molestaban al limitarle movimientos. Es mas llegó a romper unas DAFO que tuvimos que ir a arreglar. Estas son las DAFOS que usamos en el 2018 en los 2 pies:
Así para el curso escolar 2018-2019 decidimos que ya no llevase DAFOS al colegio. Para el niño fue una gran alegría porque eso le hacía ser mas normal. Las DAFOS las seguimos usando en casa por la tarde en el tiempo libre, porque creemos que si le estabiliza y corrige la manera de andar. Le ponemos las DAFOS en casa como si fuese otra terapia mas.
Así que para el curso escolar 2018-2019, ya únicamente llevaba al colegio unas botas-zapatillas, que le sujeta el pie, y con el que anda bastante bien. Son estas:
Se nota mucho en su forma de andar si lleva este tipo de botas o unas zapatillas mas bajas. Además nuestro fisioterapeuta nos recomendó ponerle unas plantillas como estas:
Están hechas a medida en función de la forma del pie de cada niño. Las tiene que hacer un podólogo especialista.
Las hicimos en noviembre de 2018, quitamos las plantillas originales que vienen en sus botas-zapatillas y le pusimos esas. No se notan nada. Parecen unas plantillas normales.
Pero es increíble lo que han modificado su patrón al andar para bien. Parece imposible que unas posibles plantillas puedan hacer tanto.
Es cierto que mi hijo sin DAFOS ya andaba bastante bien, y lo único que le quedaba era como una leve cojera y descoordinación al andar. Se le notaba algo raro al andar. La gente no sabía que era, pero algo raro había.
Con las nuevas plantillas, su andar es prácticamente perfecto. Sus patrones incorrectos son tan leves que ya casi no se nota nada. Solo algún especialista creo que podría notar algo, pero no una persona normal.
Esto fue otra de esas alegrías enormes porque nos acerca un pasito mas aún hacía la normalidad.
También relacionado con los zapatos, hace años vi este vídeo de un niño con hemiparesia que era capaz de atarse el solo los cordones con las 2 manos:
La primera vez que vi este vídeo me emocioné mucho, y dije bravo chaval, eres un campeón. Pero me parecía muy difícil que mi hijo lo pudiese conseguir. Entonces mi hijo era un bebé, y nos quedaba mucho camino por recorrer.
Pasados los años, nos lo pusimos como objetivo, y con unos 7 años y medio, mi hijo consiguió a atarse el solo los cordones:
Aunque el sabe atarse los zapatos, las botas que usa actualmente se las atamos los padres porque tienen que ir bien atadas fuertemente para que sujeten el tobillo. Tenemos otras zapatillas como esas que aparecen en el vídeo, que usa para hacer cinta, que son las que se ata el para practicar y no perder la costumbre.