TERAPIA ESPEJO
En junio de 2012 probamos la terapia
espejo. Es una terapia que fue ideada para personas que tienen
amputado un brazo, y sufren un dolor fantasma en el brazo amputado
que ya no tienen. En personas con brazos amputados esta terapia ha
dado buenos resultados, pero en personas con hemiparesia y
hemiplejia, aún se está investigando que resultados puede tener.
La terapia consiste en coger una caja
con un espejo en uno de los lados, y meter brazo afectado dentro de
la caja. El brazo no afectado se pone enfrente del espejo, y el
paciente mira al espejo, dándole la impresión de que el brazo que
se refleja en el espejo es el brazo afectado, cuando en realidad es
el reflejo del brazo no afectado.
Muchas veces a parte de la limitación
física que se tenga en una mano, la persona se autoconvence de que
no puede hacer un determinado movimiento.
El objetivo de esta terapia es vencer
esa limitación psicológica, y autosugestionar al cerebro de que si
puede hacer todo tipo de movimientos.
Nosotros la hemos probado, y la usamos
de vez en cuando (cada 2 o 3 semanas aproximadamente). Me parece una
terapia complementaria que puede estar bien para hacer de vez en
cuando.
LOS PADRES PUEDEN HACER LA MEJOR
REHABILITACIÓN PARA SUS HIJOS
Nosotros estamos convencidos de que la
mejor rehabilitación que pueden tener nuestros hijos es la que le
podemos hacer los padres en casa, complementada con los
fisioterapeutas y médicos.
Cuando empecé en este mundo de la
rehabilitación en el año 2008, me di cuenta de que las horas de
rehabilitación que se hacían normalmente a los niños eran
insuficientes. Para conseguir excelentes resultados de
rehabilitación, debemos hacer a nuestros niños entre 15 y 25 horas
semanales, dependiendo de cada circunstancia.
En la mayoría de los casos esto solo
se puede conseguir si somos los padres los que asumimos el reto de
ser los responsables absolutos de la rehabilitación de nuestros
hijos.
Por esto creamos CLIREM, para ayudar a
padres que quieran asumir este reto, probablemente el mas difícil de
toda su vida.
Es un camino muy difícil el que nos ha
tocado vivir, pero también hay grandes alegrías al ver como
nuestros hijos consiguen sus objetivos.
El primer paso que tenemos que hacer,
es autoconvencernos de que si no rehabilitamos nosotros a nuestros
hijos no lo va a hacer nadie. Si dejamos la responsabilidad en
médicos y fisioterapeutas, y nosotros solo observamos, debemos estar
convencidos de que la rehabilitación será peor. Si nuestro hijo no
se rehabilita bien va a ser solo culpa nuestra que no hemos hecho
todo lo necesario, que no hemos puesto toda nuestra mejor energía y
nuestro tiempo para conseguirlo.
Son pensamientos duros y difíciles de
asumir, pero tenemos que estar convencidos de ello en nuestro
interior para sacar la fuerza de voluntad y la constancia necesaria
para emprender este camino.
La gente me pregunta, que como puedo
tener tanta fuerza de voluntad, y creo que es porque yo pienso de ese
modo.
Si tuvieses que llevar a tu hijo en
brazos 500 kilómetros para salvarle de la muerte, ¿no lo harías?,
andarías cada día un poco, pero al final lo conseguirías. ¿O te
pararías a esperar a ver si pasa un coche o un autobús, o si
alguien te ayuda?. Si tienes el convencimiento de que estas en un
desierto tu solo, lo harías, no te quedaría mas remedio, y darías
todo tu tiempo y energía para conseguirlo.
Creo que la principal causa de que haya
padres que no consigan esa fuerza de voluntad, es que realmente no
han interiorizado que es el único camino que tenemos, o al menos el
que mejor resultados va a dar.
Muchos padres piensan que los médicos
o fisioterapeutas les van a solucionar el problema. Este tipo de
pensamiento puede ser debido a que en la mayoría de especialidades
médicas, la responsabilidad de que salga bien o mal la asumen los
médicos. Si te tienen que operar del estomago o del corazón, tu
prácticamente no puedes hacer nada, y te tienes que poner en manos
de los médicos. Ellos asumen la responsabilidad.
Pero en rehabilitación, no es así. Si
eres adulto, asumes tu la responsabilidad con tu trabajo y tu
constancia, y si son niños, somos los padres los que asumimos esa
responsabilidad.
Además muchos padres buscan
auto-excusas. Es curioso como funciona la mente humana, pero muchas
veces se autoexcusa para no hacer algo.
Para no cumplir con un horario estricto
y diario de rehabilitación buscamos excusas del tipo: es que mis
horarios de trabajo no me lo permiten, es que como tengo mas hijos no
tengo tiempo, es que como mi casa es pequeña no tengo un sitio donde
hacer rehabilitación, es que yo no se de eso, es que no puedo
dominar al niño y hace lo que quiere, es que hoy hay han venido
familiares a casa y no hemos podido hacer rehabilitación, es que
pobrecito con lo que sufre, como le voy a exigir yo mas, etc.
Si queremos podemos buscar mil excusas
o problemas para no cumplir nuestros horarios de rehabilitación.
Creo que la causa de esta forma de
pensar, es porque realmente no hemos meditado suficiente sobre el
asunto, y no hemos interiorizado que somos nosotros los únicos que
podemos hacer la mejor rehabilitación de nuestros hijos, y que cada
hora que perdamos es una hora preciosa de rehabilitación que por su
bien, podíamos haber aprovechado.
Cada familia, tiene sus circunstancias
y sus problemas, pero también es cierto que cada posible problema
tiene una solución, y que si estamos convencidos que es lo que
debemos hacer y lo único que podemos hacer, emplearemos toda nuestra
energía en encontrar esas soluciones.
O acaso en el ejemplo anterior de
llevar a nuestro hijo en brazos 500 kilómetros buscaríamos excusas
del tipo: es que estoy muy cansado y no puedo llevarle, es que sudo
mucho, es que el camino tiene muchas piedras, es que me duele la
espalda, etc. Probablemente no, porque estaríamos convencidos de que
si no lo hacemos, moriríamos nosotros y nuestro hijo. Andaríamos
cada día un poco hasta el límite de nuestras fuerzas.
No hay atajos ni soluciones mágicas,
los padres con niños con algún tipo de parálisis cerebral solo
tenemos un camino: trabajo, trabajo, y trabajo. Constancia. Cada día
debemos llevar a nuestros hijos un poquito hacia nuestra meta:
nuestros objetivos de rehabilitación.
UN CASO DE ÉXITO: MERCEDES
Voy a contar un caso real de éxito de
rehabilitación de una hemiplejia que conocemos personalmente, y que me parece
digno de alabar, y una muestra de lo que se puede conseguir con mucho trabajo,
constancia y fuerza de voluntad.
Mercedes es una mujer de unos 40 años que
tiene hemiplejia derecha. Cuando tenía 24 años tuvo un accidente de moto, y
estuvo en coma casi dos meses. Cuando despertó tenía como secuelas del
accidente una hemiplejia derecha. Los médicos le dijeron que no volvería a
andar. Empezó la rehabilitación estando interna en el hospital, y solo tenía un
objetivo, una fijación, una obsesión: volver a andar.
Según me cuenta Mercedes, para otros
pacientes lo importante era que no les doliese, no sufrir o aprender a
desplazarse bien en la silla de ruedas. Para ella no, lo importante, “lo único”
era volver a andar. Daba igual si dolía o si había que sufrir mucho, o estar 10
horas al día haciendo rehabilitación, lo importante era conseguir el objetivo:
“volver a andar”. Me parece fundamental esa determinación, el centrar todas tus
energías y tiempo en conseguir un objetivo, lo demás pasa a ser secundario.
Aunque no conocíamos a Mercedes, cuando nosotros empezamos la rehabilitación,
tenemos una forma de enfocar la rehabilitación muy parecida, y los resultados
en el caso de Mercedes y de mi hijo son espectaculares comparados con otras
personas que siguen una estrategia de rehabilitación mas tradicional y menos
intensiva, de menos de 15 horas semanales de rehabilitación.
Una anécdota que me contó Mercedes y que
me encanta porque demuestra su fuerza de voluntad es la siguiente:
Estaba realizando ejercicios para empezar
a andar, y estaba de pie e intentaba dar un primer paso y se caía al suelo, con
el consiguiente golpe y dolor. Después de mucho intentarlo tenía el cuerpo
lleno de golpes y hematomas, y su madre le recomendaba que lo dejase un poco,
que descansase (incluso su madre llegaba a llorar por ver a su hija sufrir
tanto), pero ella decía “es que creo que estoy casi a punto de conseguirlo, voy
a intentarlo una vez mas que yo creo que esta vez va a ser la buena”, y lo
volvía a intentar, y se volvía a caer, y volvía a repetir, “una vez mas....”.
La inmensa mayoría de la gente no tiene
esa fuerza de voluntad, ni esa capacidad de sufrimiento. Normalmente se cede
ante el dolor, el cansancio, las presiones o comentarios familiares, etc.
Mercedes actualmente anda perfectamente,
y te tienes que fijar para ver un pequeño patrón de movimiento incorrecto. La
mayoría de las personas que no saben de hemiparesia o hemiplejia no se dan
cuenta. Los médicos se equivocaron, porque no tuvieron en cuenta que ella era
una persona especial, tiene una fuerza de voluntad excepcional. Como limitación
tiene que no es capaz de correr.
Antes del accidente, Mercedes era
diestra, y ella dice “si yo antes era diestra, y era capaz de escribir o usar
el ordenador con la mano derecha, ¿porque no lo voy a hacer ahora?”. Después de
hacer una rehabilitación muy intensiva también en la mano y en el brazo,
Mercedes consiguió tener la habilidad suficiente en la mano para poder
escribir.
Actualmente, ya han pasado bastantes años
desde el accidente, pero en su día a día, ella hace un esfuerzo consciente por
usar la mano derecha. Siempre usa la mano derecha para escribir, usar el
ordenador, abrir puertas, etc.
Pero también reconoce que a veces, se
despista, y por ejemplo abre las puertas con la izquierda.
Además Mercedes también monta en
bicicleta, aunque reconoce, que cuando se presenta algún obstáculo se pone un
poco nerviosa y pierde el equilibrio. A mi hijo le sucede algo parecido,
cuando va en bicicleta y ve un perro a
lo lejos, o un bache, ya empieza a ponerse nervioso, y le entra inseguridad y
eso se traduce en una pérdida de equilibrio.
Mercedes también esquía, y eso ya si que
me parece increíble y alucinante. Su razonamiento es el de siempre: si yo lo
hacía antes porque no lo voy a hacer ahora. Que una persona con hemiplejia
esquíe, por la coordinación que se necesita, parece de ciencia-ficción, pero
existe, al menos hay un caso en que es posible. Eso si, por pistas verdes y
facilitas. Creo que su cuerpo aún tiene recuerdos de como moverse, y eso le
ayuda.
En el caso de los niños que han nacido
con hemiparesia o hemiplejia, me parece muy difícil, por no decir casi
imposible que consigan esquiar. Creo que es mucho mas importante durante los
primeros años que el niño adquiera y estado físico general bueno, y que aprenda
y perfeccione habilidades básica como andar, correr, mover su mano afectada, o
incluso montar en bici. Esquiar me parece una actividad secundaria, que se
podrá aprender cuando el niño sea mas mayor si se quiere, y tiene un estado
físico bueno.
Ese esfuerzo consciente que hace Mercedes
por usar su mano derecha, hace que todos los días de manera natural ejercite y
rehabilite su mano afectada con las actividades de la vida cotidiana.
La mayoría de personas que tienen
hemiparesia o hemiplejia, van “olvidando” poco a poco su lado afectado, y lo
dejan de usar, hasta que con el paso de los años tienen una cojera muy
pronunciada y su mano o brazo afectado lo usan muy poco.
Mercedes me parece un ejemplo de lo que
nuestro hijos pueden y deben conseguir.
Mientras son pequeños es nuestra
obligación, tener esa fuerza de voluntad por ellos, para conseguir la mejor
rehabilitación posible. Pero cuando sean mayores, tendrán que ser ellos los que
tengan la disciplina y la fuerza de voluntad suficiente, para hacer el esfuerzo
de usar su lado afectado en las actividades del día a día. Y es muy difícil
conseguirlo, ya que por comodidad, instintivamente siempre tenderán a usar su lado
no afectado, y tendrán que luchar conscientemente contra eso.
TOXINA
BOTULÍNICA
El 14 de
enero de 2013 le pusieron a mi hijo la toxina botulínica por primera
vez.
En esa
fecha mi hijo pesaba 20 kg y le pusieron 60 unidades, es decir, 3
unidades por kg.
Siempre he
tenido muchos temores hacia la toxina por los posibles efectos
secundarios que pudiese tener, y por si paralizaba mas de la cuenta a
mi hijo, y perdía movilidad. No quería correr riesgos ya que mi
hijo ya corría, saltaba, montaba en bici, etc. Nuestra médico
rehabilitadora nos llevaba sugiriendo desde el 2010 que le pusiéramos
la toxina, pero nosotros no lo creíamos necesario en esas fechas, y
en noviembre de 2012 si que vimos que podía ser de utilidad y
accedimos, pero después de negociarlo mucho, le dije a la doctora
que preferíamos empezar muy poco a poco, de forma muy conservadora,
e ir viendo los resultados. Queríamos que le pusiesen 50 unidades.
Nos dijo que probablemente no hiciese efecto, pero nosotros
preferíamos quedarnos cortos y que no hiciese efecto a pasarnos y
tener algún riesgo de parálisis en algún músculo. Así que
acordamos que se le pondrían 50 unidades y lo puso por escrito.
El día de
la inyección yo quería estar presente para que todo fuese correcto
porque ya no me fío nada de los médicos. Otra doctora (no la
nuestra), entró en la sala y sin explicarnos nada quería pincharle
directamente al niño. Cuando ya estaba a punto de pincharle al niño,
le dije que esperase un momento, y que quería saber por favor que
dosis de toxina le iban a poner a mi hijo. No me respondió, y le
volví a preguntar de nuevo, y esta vez de forma mas seria, y que
quería hablar con nuestra doctora. Todo esto ya con el niño
tumbado, y la aguja a pocos centímetros para pincharle.
Esta vez,
como vio que me ponía mas serio me respondió y me dijo que 60
unidades, que era poquísimo y que menos no haría efecto. Se creó
un clima un poco tenso, pero como estaba ya todo preparado accedí.
De todos
modos, estoy bastante enfadado con nuestra médico que fue la que
preparó la dosis (la vi yo preparándolas), porque hacen las cosas
sin informar a los padres y sin contar con su opinión.
A pesar de
haberlo discutido durante meses, y haber dado todas nuestras razones,
y haber llegado a un acuerdo, al final ellos hacen lo que les parece
sin contar con la opinión de los padres, y lo que es peor a
escondidas y mintiendo.
Afortunadamente
ha salido todo bien, pero en medicina siempre hay riesgos, y si
hubiese salido algo mal, hubiésemos tenido un problema con ellos muy
serio porque habían tomado esa decisión en contra de la opinión de
los padres y mintiendo.
Como estoy
cansado de decir, la responsabilidad última de la rehabilitación de
nuestros hijos es de los padres, y nos corresponde a nosotros tomar
esas decisiones si estamos suficientemente formados e informados,
como es nuestro caso. Además nosotros no les estábamos pidiendo
asumir mas riesgos, sino ser mas conservadores aunque no hiciese
efecto.
Respecto a
la toxina, nuestra opinión es que primero hay que agotar todas las
posibilidades de la rehabilitación clásica sin inyectar nada a los
niños. Hay que trabajar, trabajar y trabajar. Y si después de años
trabajando llega un momento que el niño está estancado, y no
evoluciona en su rehabilitación, entonces puede ser el momento de
probar nuevas cosas para seguir mejorando. Ese fue nuestro caso.
Mi opinión
es muy conservadora, y creo que cuantos menos medicamentos demos a
nuestros niños mejor, porque siempre tienen algún efecto
secundario. Además, si se usa mucho, la toxina va perdiendo eficacia
y cada vez es necesario poner mas dosis. Así que nosotros lo vemos
como último recurso para cuando ya no se puede avanzar por ningún
otro medio.
En el caso
de nuestro hijo, la toxina le produjo una rigidez en el músculo
superior a la normal, que nos impidió trabajar con normalidad unos
15 días, sin que después haya habido una clara mejoría. Por lo que
probablemente no se la volveremos a poner.
CINTA DE ANDAR
En Mayo de 2013 seguimos usando la cinta de andar como herramienta fundamental de rehabilitación. El patrón de movimiento al andar ya es bastante bueno. Falta por corregir un poco que apoye mas el talón del pie afectado y levante mas los dedos.
Las velocidades de trabajo en mayo de 2013 son:
ASPECTOS PSICOLÓGICOS: ACEPTACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Cuando vas a tener un hijo tu vida cambia, y aunque no lo pienses, inconscientemente te vas preparando para esa nueva situación. Probablemente ya no tendrás tanto tiempo para salir con los amigos de fiesta, tus vacaciones estarán diseñadas en función de los niños, quedarás con otros padres en el parque para que jueguen, los abuelos os visitarán o vosotros iréis a sus casas para que vean a sus nietos, etc. En fin, lo esperado cuando formas una familia. Lo mismo que han hecho tus familiares y amigos que han tenido hijos antes que tu.
Pero cuando te enteras que tu hijo tiene parálisis cerebral del tipo que sea, tu vida cambia.
Hay padres que se resignan con la situación e intentan llevar la vida de una familia “normal”. No comparto esta idea, pero la respeto porque cada familia y situación tiene sus circunstancias particulares y sus creencias, y cada padre es el principal responsable de la rehabilitación de su hijo, y por lo tanto es libre de orientarla como mejor crea.
En nuestro caso, como ya hemos explicado otras veces en este blog, hemos decidido luchar con toda nuestra energía, tiempo y dinero, e intensificar la rehabilitación al máximo posible, sobre todo los primeros años de vida del niño. Esto condiciona toda nuestra vida, y por lo tanto, ya no tenemos la vida de una familia “normal” como inconscientemente esperábamos.
Creo que a la mayoría de padres nos cuesta aceptar esta realidad, y es a lo largo del tiempo, según van pasando los años cuando vamos interiorizando nuestra situación, y aceptando nuestras rutinas de trabajo y que nuestra vida va a ser distinta.
Esa realidad distinta significa que todas nuestras energías y pensamientos van dirigidas a la rehabilitación.
Nuestros trabajos, nuestro ocio, nuestras relaciones familiares y amistades, etc, todo pasa a un segundo plano. Estamos convencidos que es la forma de conseguir la mejor rehabilitación posible para nuestro hijo.
Creo que la mayoría de las personas, y dependiendo de la etapa de su vida, centran sus energías, sus pensamientos y la mayoría de su tiempo en una o dos cosas principalmente. Cuando eres joven, te centras en estudiar y los amigos. Mas adelante en el amor y en trabajar.
Cuando ya tienes familia, hay muchos casos, hay padres que se centran mucho en el trabajo y la familia queda en un segundo plano. Hay madres que se centran en la familia y el trabajo queda en segundo plano. Empresarios que gastan la mayoría de sus energías en su empresa. Incluso gente que tiene amantes y esto también le consume mucha parte de su energía y tiempo.
En mi opinión, los padres con hijos con parálisis cerebral debemos de centrar casi toda nuestra energía en la rehabilitación, y lo poco que nos sobre para la familia, el trabajo y el resto.
Si tu estás 24 horas al día pensando como hacerle mejor los ejercicios a tu hijo, si te despiertas por la noche a las 5 de la madrugada porque se te ha ocurrido una idea para mejorar algún ejercicio, si trabajas diariamente con tu hijo. En definitiva, si tienes esa implicación y dedicas toda tu energía a ello, probablemente conseguirás una rehabilitación mucho mejor que la media.
Pagarás un alto precio: cansancio, desgaste, enfrentamientos con la familia, discusiones, casi dejarás de tener vida social, tu vida profesional se verá truncada, etc, pero desde mi punto de vista merece la pena pagar ese precio, porque los resultados son mucho mejores que haciendo una rehabilitación tradicional, y la conciencia estará tranquila porque estás haciendo todo lo posible por tu hijo, llegando al límite de tus energías.
Esa es la realidad que tenemos que aceptar, es mas un difícil proceso psicológico, que físico, de echar muchas horas de trabajo de rehabilitación, que también hay que hacerlo.
Los fisioterapeutas tienen la parte física de hacer muchas horas de rehabilitación, pero no tienen esa parte psicológica que tenemos que soportar los padres.
BICICLETA ABRIL 2013
La evolución de mi hijo con la bicicleta está siendo muy buena. La primera bicicleta que usó fue una de rueda de 14 pulgadas pero con ruedines pequeños laterales. Cuando ya la dominó y fue un poco mayor pasamos a una bicicleta con ruedas de 16 pulgadas y también con ruedas pequeñas laterales de ayuda. En septiembre de 2012, con 4 años y medio de edad, le quitamos las ruedas laterales y ya montaba en bici solo con dos ruedas. En esa época volvimos de nuevo a la bicicleta de ruedas de 14 pulgadas porque es un poco mas pequeña y le daba mas seguridad al niño, corre menos y llega mejor al suelo. El 12 de mayo de 2013, fue el primer día que montamos en la bici de 16 pulgadas usando solo dos ruedas. Ya tenía bastante soltura con la bicicleta de 14 pulgadas, y en rehabilitación cuando se van consiguiendo objetivos, hay que aumentar la dificultad para conseguir objetivos mayores. No quería que se acomodase, y irá el momento de cambiar a una bici mas grande para seguir evolucionando.
En abril de 2013, mi hijo ya montaba en bicicleta de 2 ruedas bastante bien, y no necesita ayudas en rectas y curvas abiertas. Pero aún necesita ayuda para arrancar, parar, en las curvas cerradas, y cuando ve alguna situación de peligro que le pone nervioso y pierde el equilibrio (un perro, un coche, etc). Como es evidente, para los niños con hemiparesia es muy difícil la coordinación y el equilibrio, y estos son los aspectos que mas tenemos que trabajar. Yo sigo corriendo detrás de el, por seguridad, por si en algún momento pierde el equilibrio y se cae. Quiero que vaya ganando seguridad con la bicicleta, y una caída, aparte de los daños físicos, puede provocar miedos e inseguridades que es mejor evitar. Por lo que creo que es mejor ser conservador y correr detrás de los niños para evitar accidentes.
Con la bicicleta de 16 pulgadas, el niño ya va bastante rápido y hay que correr bastante.
La bicicleta lleva unas barras por la parte de atrás de la que yo la sujeto cuando es necesario. Es mejor no sujetarle si no es necesario para que el niño se acostumbre a ir solo. Yo mantengo mis manos pocos centímetros de la barra, pero sin sujetarla, por si hay algún imprevisto poder sujetarle rápidamente.
Estás barras me parecen fundamentales para nuestros hijos, porque vamos a tener que estar corriendo 1 o 2 años detrás de ellos hasta que aprendan perfectamente, y es imposible hacerlo agachado agarrándole por el sillín porque acabaríamos con lumbago, porque son muchas horas.
Como siempre, nuestros hijos, tardan mas en hacer las cosas que otros niños, y necesitan repetirlas mil veces para interiorizar los movimientos y aprenderlas, pero por nuestra experiencia, pueden hacer casi todo como el resto de niños, y ahí debemos estar los padres para que consigan hacer esas cosas. La bicicleta es un ejemplo mas de ello.
CLIREM
CINTA DE ANDAR
En Mayo de 2013 seguimos usando la cinta de andar como herramienta fundamental de rehabilitación. El patrón de movimiento al andar ya es bastante bueno. Falta por corregir un poco que apoye mas el talón del pie afectado y levante mas los dedos.
Las velocidades de trabajo en mayo de 2013 son:
- Andando a 2,7 km/h
- Corriendo sin agarrarse a 8,5 km/h
- Corriendo agarrándose a una barra a 10,3 km/h
- Andar para atrás lento a 2,0 km/h
- Andar para atrás rápido a 2,7 km/h
- Andar lateralmente a 2,0 km/h
ASPECTOS PSICOLÓGICOS: ACEPTACIÓN DE NUESTRA REALIDAD
Cuando vas a tener un hijo tu vida cambia, y aunque no lo pienses, inconscientemente te vas preparando para esa nueva situación. Probablemente ya no tendrás tanto tiempo para salir con los amigos de fiesta, tus vacaciones estarán diseñadas en función de los niños, quedarás con otros padres en el parque para que jueguen, los abuelos os visitarán o vosotros iréis a sus casas para que vean a sus nietos, etc. En fin, lo esperado cuando formas una familia. Lo mismo que han hecho tus familiares y amigos que han tenido hijos antes que tu.
Pero cuando te enteras que tu hijo tiene parálisis cerebral del tipo que sea, tu vida cambia.
Hay padres que se resignan con la situación e intentan llevar la vida de una familia “normal”. No comparto esta idea, pero la respeto porque cada familia y situación tiene sus circunstancias particulares y sus creencias, y cada padre es el principal responsable de la rehabilitación de su hijo, y por lo tanto es libre de orientarla como mejor crea.
En nuestro caso, como ya hemos explicado otras veces en este blog, hemos decidido luchar con toda nuestra energía, tiempo y dinero, e intensificar la rehabilitación al máximo posible, sobre todo los primeros años de vida del niño. Esto condiciona toda nuestra vida, y por lo tanto, ya no tenemos la vida de una familia “normal” como inconscientemente esperábamos.
Creo que a la mayoría de padres nos cuesta aceptar esta realidad, y es a lo largo del tiempo, según van pasando los años cuando vamos interiorizando nuestra situación, y aceptando nuestras rutinas de trabajo y que nuestra vida va a ser distinta.
Esa realidad distinta significa que todas nuestras energías y pensamientos van dirigidas a la rehabilitación.
Nuestros trabajos, nuestro ocio, nuestras relaciones familiares y amistades, etc, todo pasa a un segundo plano. Estamos convencidos que es la forma de conseguir la mejor rehabilitación posible para nuestro hijo.
Creo que la mayoría de las personas, y dependiendo de la etapa de su vida, centran sus energías, sus pensamientos y la mayoría de su tiempo en una o dos cosas principalmente. Cuando eres joven, te centras en estudiar y los amigos. Mas adelante en el amor y en trabajar.
Cuando ya tienes familia, hay muchos casos, hay padres que se centran mucho en el trabajo y la familia queda en un segundo plano. Hay madres que se centran en la familia y el trabajo queda en segundo plano. Empresarios que gastan la mayoría de sus energías en su empresa. Incluso gente que tiene amantes y esto también le consume mucha parte de su energía y tiempo.
En mi opinión, los padres con hijos con parálisis cerebral debemos de centrar casi toda nuestra energía en la rehabilitación, y lo poco que nos sobre para la familia, el trabajo y el resto.
Si tu estás 24 horas al día pensando como hacerle mejor los ejercicios a tu hijo, si te despiertas por la noche a las 5 de la madrugada porque se te ha ocurrido una idea para mejorar algún ejercicio, si trabajas diariamente con tu hijo. En definitiva, si tienes esa implicación y dedicas toda tu energía a ello, probablemente conseguirás una rehabilitación mucho mejor que la media.
Pagarás un alto precio: cansancio, desgaste, enfrentamientos con la familia, discusiones, casi dejarás de tener vida social, tu vida profesional se verá truncada, etc, pero desde mi punto de vista merece la pena pagar ese precio, porque los resultados son mucho mejores que haciendo una rehabilitación tradicional, y la conciencia estará tranquila porque estás haciendo todo lo posible por tu hijo, llegando al límite de tus energías.
Esa es la realidad que tenemos que aceptar, es mas un difícil proceso psicológico, que físico, de echar muchas horas de trabajo de rehabilitación, que también hay que hacerlo.
Los fisioterapeutas tienen la parte física de hacer muchas horas de rehabilitación, pero no tienen esa parte psicológica que tenemos que soportar los padres.
BICICLETA ABRIL 2013
La evolución de mi hijo con la bicicleta está siendo muy buena. La primera bicicleta que usó fue una de rueda de 14 pulgadas pero con ruedines pequeños laterales. Cuando ya la dominó y fue un poco mayor pasamos a una bicicleta con ruedas de 16 pulgadas y también con ruedas pequeñas laterales de ayuda. En septiembre de 2012, con 4 años y medio de edad, le quitamos las ruedas laterales y ya montaba en bici solo con dos ruedas. En esa época volvimos de nuevo a la bicicleta de ruedas de 14 pulgadas porque es un poco mas pequeña y le daba mas seguridad al niño, corre menos y llega mejor al suelo. El 12 de mayo de 2013, fue el primer día que montamos en la bici de 16 pulgadas usando solo dos ruedas. Ya tenía bastante soltura con la bicicleta de 14 pulgadas, y en rehabilitación cuando se van consiguiendo objetivos, hay que aumentar la dificultad para conseguir objetivos mayores. No quería que se acomodase, y irá el momento de cambiar a una bici mas grande para seguir evolucionando.
En abril de 2013, mi hijo ya montaba en bicicleta de 2 ruedas bastante bien, y no necesita ayudas en rectas y curvas abiertas. Pero aún necesita ayuda para arrancar, parar, en las curvas cerradas, y cuando ve alguna situación de peligro que le pone nervioso y pierde el equilibrio (un perro, un coche, etc). Como es evidente, para los niños con hemiparesia es muy difícil la coordinación y el equilibrio, y estos son los aspectos que mas tenemos que trabajar. Yo sigo corriendo detrás de el, por seguridad, por si en algún momento pierde el equilibrio y se cae. Quiero que vaya ganando seguridad con la bicicleta, y una caída, aparte de los daños físicos, puede provocar miedos e inseguridades que es mejor evitar. Por lo que creo que es mejor ser conservador y correr detrás de los niños para evitar accidentes.
Con la bicicleta de 16 pulgadas, el niño ya va bastante rápido y hay que correr bastante.
La bicicleta lleva unas barras por la parte de atrás de la que yo la sujeto cuando es necesario. Es mejor no sujetarle si no es necesario para que el niño se acostumbre a ir solo. Yo mantengo mis manos pocos centímetros de la barra, pero sin sujetarla, por si hay algún imprevisto poder sujetarle rápidamente.
Estás barras me parecen fundamentales para nuestros hijos, porque vamos a tener que estar corriendo 1 o 2 años detrás de ellos hasta que aprendan perfectamente, y es imposible hacerlo agachado agarrándole por el sillín porque acabaríamos con lumbago, porque son muchas horas.
Como siempre, nuestros hijos, tardan mas en hacer las cosas que otros niños, y necesitan repetirlas mil veces para interiorizar los movimientos y aprenderlas, pero por nuestra experiencia, pueden hacer casi todo como el resto de niños, y ahí debemos estar los padres para que consigan hacer esas cosas. La bicicleta es un ejemplo mas de ello.
¿CUANTAS HORAS DE REHABILITACIÓN A LA SEMANA SON LAS IDEALES?
Algunas de las preguntas que nos
planteamos todos los padres cuando empezamos en el mundo de la
rehabilitación, son: ¿Cuantas horas de rehabilitación debemos
hacer? ¿Cuál es el óptimo para conseguir una rehabilitación
ideal? ¿Estaré haciendo poco? ¿Estaré haciendo demasiada
rehabilitación y presionando mucho a mi hijo? ¿Estará mi hijo
sufriendo y no disfrutando de su infancia?, etc.
Son preguntas muy difíciles de
responder porque no hay verdades absolutas. Y además cada familia
tenemos unas circunstancias, formas de pensar y de sentir distintas.
Para muchos padres pasan años, y mucho sufrimiento hasta que
conseguimos adaptarnos a esta nueva situación en nuestra vida, y
decidir qué camino de rehabilitación es el mejor para nuestra
familia.
No es fácil, hay que valorar
muchos aspectos: cuantas horas de rehabilitación podemos hacer,
tiempo y dinero del que disponemos, cuanto es capaz de aguantar el
niño, cuanto somos capaces de aguantar los padres, tiempo de ocio,
tiempo para el resto de la familia, etc. Aparte de decidir que
terapias son mejores entre las muchísimas que existen.
Nosotros, como supongo que todos
los padres, pensamos mucho las ventajas e inconvenientes de los
distintos caminos de rehabilitación que podíamos tomar. Valoramos
todas las circunstancias de nuestra familia, los aspectos físicos,
psicológicos y emocionales del hijo con hemiparesia, de su hermano y
de los padres, y decidimos que nuestro camino era hacer una
rehabilitación intensiva nosotros mismos en casa.
Diseñamos un plan de
rehabilitación que va variando según va creciendo el niño.
Pensamos que es muy importante que la rehabilitación sea muy
intensiva los primeros años de vida del niño para aprovechar la
gran plasticidad neurológica de esos primeros años, y luego ir
progresivamente disminuyendo las horas de rehabilitación a la
semana. Sería así:
- Rehabilitación muy intensiva (unas 25-30 horas semanales) hasta los 4-5 años del niño.
- Rehabilitación intensiva (unas 15 horas semanales) hasta los 7 años del niño.
- Rehabilitación normal (unas 7 horas semanales) hasta los 10-12 años del niño.
- A partir de los 12 años – Mantenimiento físico general (4-5-6 horas semanales) el resto de sus vidas, como cualquier otra persona que vaya a un gimnasio.
Este camino o plan de
rehabilitación es totalmente personal, y creemos que cada familia
debe tener el suyo personalizado a sus circunstancias. Es un concepto
totalmente subjetivo, lo que para unos padres y niños puede ser
mucha rehabilitación, estresante y extenuante, para otros no lo es
tanto.
Nosotros actualmente (en el año
2014), por la edad de mi hijo, hacemos unas 15 horas semanales de
rehabilitación, y nos encontramos bastante cómodos con nuestras
rutinas, y ya no es para nada un sacrificio. Pero estamos seguros que
para otros padres nuestro camino no es válido. Cada familia debe
encontrar su propio camino.
Pensamos que elijamos la opción
que elijamos, tendrá ventajas e inconvenientes que hay que valorar.
No creemos que haya un camino ideal y perfecto.
Los inconvenientes del camino
que hemos elegido nosotros, son que exige mucho esfuerzo, y una
dedicación casi en exclusiva durante años. Con estrés, mucho
cansancio, tensiones familiares, falta de tiempo de ocio, abandono de
carreras profesionales (uno de los dos padres tiene que dejar de
trabajar), muchas discusiones de pareja, etc. En fin, no es un camino
fácil. Bueno, en realidad ningún camino lo es.
Además está el Principio de
Pareto, que se aplica a muchas facetas de la vida, y también se
puede aplicar a la rehabilitación. Dice que aproximadamente con el
20 % de esfuerzo se obtiene el 80 % del resultado, y para conseguir
solo el otro 20 % de resultado, hay que dedicar el 80% de esfuerzo.
Es decir, que los mayores resultados de la rehabilitación se
obtienen dedicando tiempos de rehabilitación relativamente cortos, y
después para conseguir pequeños resultados hay que dedicar un gran
tiempo de rehabilitación, que para muchas familias puede no
compensar. Cada familia tendrá que valorar y decidir cuál es su
punto de equilibrio.
En cuanto
a la ventaja de nuestro camino, es que hemos obtenido unos resultados
de rehabilitación mejores a lo esperado por los médicos
rehabilitadores. Un ejemplo de estos resultados es la mayor
integración de la mano afectada. Una forma muy fácil de valorar la
integración de la mano afectada, es si el niño cuando tiene un
objeto en la mano no afectada, es capaz de usar la mano afectada de
manera inconsciente para abrir por ejemplo una puerta. Casi todos los
niños se pasan el objeto a la mano afectada (que la usan solo de
apoyo), y abren la puerta con la mano no afectada. Esto es así
porque la mayoría del sistema médico y fisioterapeutas se centran
en que usen la mano afectada solo de apoyo.
Nosotros creemos que la mano
afectada no tiene que servir solo de apoyo, debe ser una mano activa.
Debe abrir puertas, debe escribir, debe abrir grifos del agua, usar
el tenedor y la cuchara, cortar un filete, jugar al tenis, poder
jugar a videoconsolas y coches teledirigidos sin patrones
incorrectos, etc. Pero no solo la mano, todo el cuerpo. Creemos
que los niños con hemiparesia pueden echar carreras en el colegio,
saltar, luchar con otros niños en igualdad de condiciones, montar en
bicicleta de dos ruedas sin patrones incorrectos, tener una
espasticidad casi inapreciable, no necesitar ningún tipo de
operación, no necesitar toxina botulínica, etc. Todo esto es
posible, lo hemos comprobado por nuestra propia experiencia.
Eso sí, tiene un precio,
dedicar muchas horas a la rehabilitación, y sin saber exactamente
cuáles serán los resultados porque varia con cada niño. Nosotros
hemos decidido que sí nos compensan todos esos inconvenientes para
conseguir esos “pequeños” logros. También tenemos la certeza de
que nuestros hijos son completamente felices y no echan en falta
nada, y nosotros disfrutamos mucho de ellos.
En definitiva, siempre hemos
creído que los padres, estando bien informados, deben ser los
absolutos responsables de las decisiones sobre la rehabilitación.
Debemos valorar las ventajas e inconvenientes, y elegir el camino
adecuado para nuestra familia, y ser felices viviendo ese camino.
CLIREM
En
septiembre de 2011 comenzamos este blog, con el objetivo de contar
nuestra experiencia por si podía ayudar a otros padres. Lo hicimos
porque a nosotros en el 2008, cuando empezamos en este mundo de la
rehabilitación, nos hubiera gustado mucho tener mas información y
tener referencias de otros padres.
Decidimos
hacerlo de una manera anónima, porque nuestro hijo tiene derecho a
llevar una vida normal y anónima. También decidimos no poner
ninguna forma de contacto porque ya nos costó mucho tiempo y energía
escribir el blog, y con nuestros horarios, no teníamos tiempo
suficiente para atender a las posibles preguntas que nos pudiesen
hacer otros padres.
Pero
siempre hemos sido conscientes, que los métodos de trabajo y las
terapias que hemos utilizado con nuestro hijo podrían ayudar a otros
muchos niños a conseguir una mejor rehabilitación.
Somos un
matrimonio que vive en España, mi mujer es médico y yo profesor, y
en septiembre de 2012, decidimos crear CLIREM (ASESORÍA DE
REHABILITACIÓN DE HEMIPARESIA Y HEMIPLEJIA).
El
objetivo de CLIREM, es dar un servicio de asesoría, consulta y
formación a las familias, que quieran seguir el camino de
rehabilitación que nosotros ya hemos experimentado, y que tan buenos
resultados nos ha dado.
Creemos
que con nuestro sistema de trabajo intensivo por objetivos, y con la
terapia restrictiva se pueden conseguir muy buenos resultados de
rehabilitación.
Las
terapias y ejercicios son muy fáciles de aprender por cualquier
padre, solo hace falta voluntad, querer aprenderlas y practicarlas.
Pero es
necesario, ser constante, y tener unas rutinas de rehabilitación
diarias en casa. El trabajo del día a día es lo que da buenos
resultados de rehabilitación.
Nuestras
consultas son mediante videoconferencias online por internet (Skype)
o mediante Whatsapp, Telegram o Line, para poder ayudar a cualquier
niño que lo necesite en todo el mundo.
De
septiembre de 2012 a diciembre de 2014, tuvimos una web y fuimos un
poco mas visibles en internet. En esos dos años recibimos mas de 300
emails a los que contestamos a todos, y hablamos con mas de 40
personas por Skype para darles la primera consulta informativa
gratuita. La inmensa mayoría de estas personas solo querían
información general, curiosidad por saber y ver a nuestro hijo, y
alguien con quien desahogarse emocional y psicológicamente. Pero
casi ninguna persona quería hacer una rehabilitación intensiva en
casa o aplicar en serio la terapia restrictiva en la que somos
especialistas.
Incluso
una persona nos llegó a escribir diciendo que por favor le
resumiésemos el blog con nuestras experiencias, que no tenía tiempo
de leérselo entero que era muy largo. Si yo me hubiese encontrado un
blog parecido al nuestro los primeros meses de saber que mi hijo
tenía hemiparesia, prácticamente no habría casi dormido leyéndolo
e informándome todo lo que pudiese sobre la experiencia de otro
niño. Lo siento muchísimo pero esa persona y yo pensamos muy
distinto, y no la podemos ayudar porque seguimos caminos de
rehabilitación muy distintos.
Entendemos
perfectamente la situación de esas familias que buscan desahogarse y
apoyo emocional, pero desgraciadamente no podemos ayudar a todo el
mundo.
Somos una
familia normal como otra cualquiera de clase media con un niño con
hemiparesia, y con las limitaciones de tiempo que tenemos todos. Lo
sentimos mucho, pero no podemos atender nosotros solos todas las
peticiones de información que nos llegan. Para eso ya existen
fundaciones y asociaciones especializadas en esos temas.
Nosotros
nos tenemos que centrar, y creo que en eso si podemos ayudar, en los
padres que quieran hacer una rehabilitación intensiva en casa. En
eso si que creo que somos muy expertos, y no hay casi ningún
organismo que pueda ayudar a esas pocas familias.
Los
familias con hemiparesia somos pocas, pero las que quieren hacer
rehabilitación ellas mismas en casa son poquísimas, por no decir
casi ninguna.
Si lee
usted entero este blog, y está de acuerdo con nuestra forma de
pensar y nuestro método de trabajo, póngase en contacto con
nosotros por si le podemos ayudar. ( cliremconsulta@gmail.com
)
RUTINAS DE TRABAJO
En abril de 2013, nuestras rutinas de trabajo eran las siguientes:
Seguíamos haciendo una rehabilitación muy intensiva, y solo descansábamos los sábados por la tarde. Excepcionalmente también perdíamos alguna otra tarde al mes. En total no hacíamos rehabilitación entre 4-6 tardes al mes. El resto del tiempo lo dedicábamos a rehabilitación, aunque íbamos incluyendo poco a poco alguna actividad un poco lúdica, como montar en bicicleta, tenis o bailar.
Al fisioterapeuta íbamos una tarde a la semana, y casi mas por descansar nosotros un poco, y porque el niño también descansase de nosotros y saliese un poco de casa.
En abril de 2013, nuestras rutinas de trabajo eran las siguientes:
- todos los días 1 hora de terapia restrictiva.
- 3 veces al día, estiramientos de la pierna para evitar el
acortamiento, todos los días.
- 3 días a la semana, 1 hora de cinta de andar.
- 3 días a la semana, Pilates.
- 1 día a la semana, Stepper, tenis y baile.
- Cada 10 días, montar en bicicleta.
- Resto de tiempo libre, juego con terapia restrictiva.
Seguíamos haciendo una rehabilitación muy intensiva, y solo descansábamos los sábados por la tarde. Excepcionalmente también perdíamos alguna otra tarde al mes. En total no hacíamos rehabilitación entre 4-6 tardes al mes. El resto del tiempo lo dedicábamos a rehabilitación, aunque íbamos incluyendo poco a poco alguna actividad un poco lúdica, como montar en bicicleta, tenis o bailar.
Al fisioterapeuta íbamos una tarde a la semana, y casi mas por descansar nosotros un poco, y porque el niño también descansase de nosotros y saliese un poco de casa.
PILATES
MARZO 2013
A partir
de marzo de 2013, empezamos a incluir ejercicios de Pilates en
nuestras rutinas de rehabilitación.
Nuestros
hijos toda su vida van a necesitar realizar unos ejercicios de
mantenimiento para mantener un estado físico general bueno que les
permita llevar una vida independiente y funcional. En otras personas,
el ejercicio es opcional, a veces lo hacemos y otras por pereza,
abandonamos. Pero para ellos debe ser una obligación. Al igual que
una persona con diabetes tiene la obligación de pincharse insulina,
o una persona con una gran obesidad, debe llevar una dieta estricta
el resto de su vida, nuestros hijos van a tener que realizar
ejercicio regularmente toda su vida para que su estado físico no
decaiga.
Y Pilates
es una muy buena herramienta para realizar esos ejercicios.
Nuestro
hijo ya estaba en una etapa en el que tenía un estado físico
general muy bueno, mejor que la media de los niños de su edad, y mas
que seguir potenciando con ejercicios de fuerza y resistencia,
debíamos evolucionar hacia mayor control de los movimientos.
Ejercitando
regularmente Pilates, nuestros hijos pueden conseguir mayor
flexibilidad, coordinación, y control de sus movimientos.
Pero antes
de llegar a esta etapa, hay que trabajar muy intensamente otros
ejercicios para que nuestros hijos estén fuertes, porque si no, no
podrán realizar los ejercicios de Pilates correctamente.
Son etapas
que debemos ir alcanzando y superando, pero cada cosa a su tiempo, es
un camino largo, sin prisa pero sin pausa.
ESTADO
FÍSICO SUPERIOR A LA MEDIA
Como ya
hemos explicado otras veces, nosotros estamos convencidos que lo
mejor para un niño con hemiparesia es hacer una rehabilitación muy
intensiva durante los primeros años. De esta manera conseguimos un
estado físico general del niño muy bueno, y a partir de ahí se
pueden empezar a trabajar otras habilidades mas complicadas como
escribir con la mano afectada, vestirse, montar en bicicleta, etc.
A la
primera fase yo la llamo “liberar los movimientos del niño”,
porque es como si nuestros hijos estuviesen presos dentro de su
propio cuerpo, que no les responde como ellos quieren, y necesitan
aprender, “liberar” ese tipo de movimientos que tienen en su
interior.
Los
movimientos básicos a los que me refiero en esta primera fase, y que
me parece fundamental luchar muchísimo por conseguir son: voltear,
gatear, arrastrarse, andar correctamente, correr, hacer la pinza con
los dedos índice y pulgar de la mano, señalar objetos con el dedo
índice, etc.
Si un niño
no es capaz de hacer la pinza, difícilmente adquirirá una habilidad
superior para poder escribir, vestirse o jugar a la Play-Station con
la mano afectada. Al igual, que si no sabe gatear o correr, es muy
difícil que aprenda a montar en bicicleta.
Y con el
paso del tiempo nuestros hijos hiper-entrenados, tendrán un estado
físico superior a la media de otros niños de su misma edad.
Mi hijo,
ya actualmente, con 5 años, tiene un estado físico superior a la
media de los niños de su clase, tiene mas fuerza y mas resistencia
que la media de niños de su clase. Esto le permite poder competir
con ellos, en las carreras, juegos y luchas que tienen los niños de
esa edad, y estar totalmente integrado como un niño mas.
Evidentemente
los otros niños le superan en coordinación, pero esto lo compensa
con un estado físico mejor.
Yo a veces
lo comparo con los deportistas de elite. Los deportistas mejores del
mundo, normalmente han llevado desde muy pequeños, una vida de
disciplina, sacrificios, trabajo, constancia y mucho entrenamiento.
Creo, que
para que nuestros hijos tengan la mejor rehabilitación del mundo,
deben seguir unos principios parecidos, pero como ellos partes con
una gran desventaja de nacimiento, su objetivo no será ganarse la
vida con el deporte, sino alcanzar la normalidad para llevar una vida
plena e independiente.
DAFOS – FÉRULAS ORTOPÉDICAS
Las férulas ortopédicas es otro aspecto
muy importante para nuestros niños. Nosotros hemos conocido profesionales
(médicos, fisioterapeutas, etc) que están a favor y otros que están en contra
de su uso.
Como siempre que hablo de estos temas,
creo que los médicos aplican las mismas estrategias de rehabilitación para
todos los niños, les ven en una revisión de 15 minutos, y muchas veces deciden
que hay que hacer con el niño sin casi conocerle.
Por eso es tan importante que los padres
estemos muy bien formados e informados sobre la hemiparesia de nuestros hijos,
porque si un médico dice que es mejor no ponerle una férula, y por ejemplo un
fisioterapeuta nos dice que según su opinión es mejor ponérsela, al final
seremos nosotros quien tome la decisión de si hay que ponérsela o no. Y este
tipo de decisiones se dan continuamente con nuestros hijos.
Ese es otro de los objetivos de CLIREM,
asesorar a los padres y ayudarles a tomar esas decisiones con nuestra
experiencia y conocimientos, pero al final, la decisión sobre que hay que
hacer, y la responsabilidad es de los padres.
Contaré dos anécdotas personales que nos
ocurrieron sobre férulas.
Férula nocturna de mano - La primera férula nocturna para la mano que le hicieron a mi
hijo en el hospital Gregario Marañón era muy buena, porque colocaba
perfectamente el pulgar en su sitio, la mano tenía muy buena posición anatómica
y era cómoda para el niño (estaba acolchada). Pero se le quedó pequeña, y
tuvimos que conseguir otra nueva.
Ya nos habíamos cambiado al hospital Niño
Jesús, y allí no hacían férulas ellos, pero nos recomendaron una ortopedia con
la que trabajaban siempre y que teóricamente eran muy profesionales.
Fuimos, pagamos 180 euros, le cogieron
moldes y esperamos. Cuando nos la estregaron, enseguida nos dimos cuenta que
eso no era lo que queríamos. Mi hijo tenía que separar el pulgar, y esa férula
se lo posicionaba casi debajo de la mano, en lugar de abierto como a 45 grados
casi a la misma altura de la palma de la mano, que era como debía estar, y como
estaba con la férula que ya le quedaba pequeña.
Además esta férula era de una pésima
calidad. De plástico duro sin acolchar. Llegaba casi hasta el codo e
inmovilizaba la muñeca, y en mi hijo no era necesario, y resultaba muy incómoda
para dormir. Incluso habían puesto la parte de los velcros que mas pinchan (mas
ásperos) hacia el lado de la mano del niño y le molestaba mucho. Que decepción
tuvimos, que falta de profesionalidad, hacen férulas como el que hace
tornillos. Casi fabrican en cadena sin pararse a mirar las particularidades de
cada niño.
Los de la ortopedia me dijeron que ellos
habían hecho lo que ponía el médico en el informe, y que reclamase al médico,
pero no íbamos a esperar 4 o 5 meses a la próxima cita con el médico, usando
una férula que nosotros estábamos convencidos que no era buena.
Afortunadamente por los contactos de mi
mujer que es médico, conseguimos que nos hiciesen otra férula en un centro de
atención temprana. Les explicamos muy clarito lo que queríamos, pero los
resultados fueron parecidos, el pulgar estaba debajo de la palma de la mano.
Estos al menos no ponían la parte del velcro que hace daño hacia la mano del
niño.
Buscamos y preguntamos por dos o tres
ortopedias mas con resultados parecidos. Yo siempre les llevaba de modelo la
férula que teníamos, hecha en el hospital Gregorio Marañon, pero todos me
decían que ellos no podían hacer algo igual. A mi me parecía increíble y
sorprendente, que llevando un modelo ya hecho, no fuesen capaces de copiarlo en
pleno siglo XXI.
Nosotros afortunadamente teníamos una
férula muy bien hecha. A veces pienso que tuvimos mucha suerte porque tuvimos
una referencia de como debía ser una férula bien hecha, porque si desde el
primer momento, nos hubiesen mandado a todas esas ortopedias, hubiésemos
pensado que era lo normal y nos hubiésemos conformado.
Ante tanta mediocridad, decidimos como
casi siempre, tirar por la calle del medio: hacer la férula nosotros mismos.
Cuanta energía y tiempo perdido en investigar, buscar materiales e información
sobre como hacer férulas, pero al final lo conseguimos.
Dafo en el pie – Al poco tiempo de que mi hijo comenzase a andar, se hizo
evidente que necesitaba férulas en los pies, para que no los torciese. Después
de hablarlo bastante con nuestro fisioterapeuta, y pensarlo mucho, decidimos
ponerle férulas en los dos pies, y esta ha sido otra de las decisiones que
hemos tomado poco convencionales.
Hemos conocido niños, a los que sus
médicos les han aconsejado no poner férulas en los pies. Otros dicen férula en
el pie afectado y una plantilla en el otro. Otros médicos opinan que férula en
el pie afectado y ninguna plantilla en el otro. En fin esto es un caos, no hay
un criterio único, y en el medio estamos los padres, con nuestras dudas, y no
sabemos que decisión tomar.
Muchas veces en lugar de solucionarnos
problemas, nos dan mas problemas. Bueno eso es si, te molestas, te informas y
pides segundas, terceras o cuartas opiniones. Si te conformas con lo que dice
el único médico al que conoces, te crees que es lo único que existe y que debe
ser así, pues no hay dudas, pero cada vez los padres estamos mejor informados,
y sabemos que no hay verdades absolutas.
Nuestro médico nos aconsejó, ponerle
férula en el pie afectado, y nada en el otro, porque eso es lo normal, lo que
se hace siempre en estos casos.
Nosotros sin embargo, hemos tenido una
actitud muy crítica, y no nos hemos conformado con lo que se hace siempre.
Hemos comprado férulas de todo tipo (altas, bajas, flexibles, rígidas), y
hemos evaluado y valorado la forma de
andar de nuestro hijo con todas las opciones posibles, grabándolo en vídeo y
analizándolo minuciosamente. Y después de todo ese trabajo, hemos llegado a la
conclusión, que en el caso de nuestro hijo, y de momento, en esta etapa de su
vida, de la forma que mejor anda es con dos férulas en los pies. Mas adelante
ya veremos, como va evolucionando, cada niño necesita una atención
individualizada, incluso el mismo niño, con el paso del tiempo puede necesitar
distintas soluciones.
Como anécdota diré que en la revisión con
la médico rehabilitadora en abril de 2013, se quedó asombrada de lo bien que
andaba mi hijo, y nos preguntó cómo se nos había ocurrido la idea de ponerle
dos Dafos, y que quería hacerle un estudio de la marcha para evaluar esos
progresos. Ni que decir tiene, que ya habíamos ido muchas otras veces con dos
férulas, y le han hecho ya dos estudios de la marcha anteriores, pero ella no
se acordaba. No es la culpa de esa doctora, es el sistema médico en general
(que en nuestra familia conocemos perfectamente), que no está diseñado para
dedicar mucho tiempo a cada paciente y tratarlo de forma individualizada, no
hay tiempo. Hay una consulta, y luego otra, y otra, y se aplican soluciones estándar para casi
todos los pacientes.
En los otros dos estudios de la marcha
que le hicieron a mi hijo, perdimos dos mañanas, mucho tiempo de espera, el
niño pasando frio en calzoncillos mucho tiempo, y al final nadie analiza, ni
valora esos resultados, ni se toma un tiempo para adoptar medidas correctoras
individualizadas. No hay tiempo.
Nosotros hacemos nuestros propios
estudios de la marcha en casa, y valoramos que medidas correctoras podemos
adoptar para corregir patrones de movimiento incorrectos.
VERANO Y VACACIONES 2013
En el verano del 2013, nos fuimos de vacaciones
una semana entera a la playa sin hacer nada de rehabilitación. Fue la primera
vez que nos tomamos tantos días libres. Mi hijo tenía ya 5 años y era necesario
un poco un cambio de aires. Además durante todo ese verano, hicimos un poco
menos de rehabilitación que el verano anterior. En una semana solo hacíamos
rehabilitación por la mañana y por la tarde, uno o dos días a la semana. Los
otros días de la semana solo hacíamos rehabilitación la mitad del día, o por la
mañana o por la tarde, y el resto del día libre. Es cierto, que en el tiempo
libre, intentábamos hacer actividades físicas, pero que fuesen juegos, y el
niño lo viese como tiempo libre, y no como una rehabilitación: montar en
bicicleta, jugar en la piscina, jugar al tenis con restricción, jugar en el
jardín con restricción, etc.
Creemos que es muy importante los
primeros años hacer una rehabilitación muy intensiva, pero a medida que el niño
vaya creciendo, ir modificando esa rehabilitación, integrar mas juegos,
bicicleta, natación, tenis, etc y dar mas tiempo libre al niño. Pero para
conseguir todo eso, hay que hacer un trabajo muy duro durante los años
anteriores, para que el niño esté preparado físicamente para poder realizar
correctamente todos esos juegos y deportes.
STEPPER
En diciembre de 2012 le compramos a mi
hijo un stepper. Lo usamos una vez a la semana para el
fortalecimiento de las piernas. Su uso tiene que ser limitado, y no
lo puede usar el niño solo, hay que estar con el y corregirle para
que no sea contraproducente y adquiera patrones incorrectos de
movimiento.
BICICLETA
El domingo 27 de octubre de 2013 por la
mañana salimos a dar un paseo en bicicleta, y fue la primera vez que
mi hijo hizo un kilómetro de distancia el solo sin tener que
ayudarle en ningún momento. Fue otro de esos momentos de felicidad
muy grande. Aún necesitaba una pequeña ayuda para arrancar, pero el
resto lo hacía el solo, incluso era capaz de frenar y pararse el
solo.
Comenzamos con la bici con solo 2
ruedas en septiembre de 2012, y a pesar de que en pocos días
consiguió ir el solo, yo le notaba muy inseguro. Hubo un día que
tuvo un accidente y se cayó, y cogió un poco de miedo. Así que
decidí ir poco a poco.
Le iba soltando a ratos, pero cuando
notaba que se ponía nervioso por algo, le sujetaba para que no se
cayese. Así estuvimos un año, hasta que se fue sintiendo cada vez
mas seguro, y en octubre de 2013, consiguió ir el totalmente solo,
de forma muy estable y controlada, como cualquier otro niño.
Cada niño, es de una forma, y
probablemente hay niños mas valientes que hubiesen tardado menos
tiempo, pero mi hijo es muy prudente, y con él era mejor ir poco a
poco, cada niño necesita su tiempo para conseguir esa seguridad.
Ya he comentado alguna otra vez que
desde que le compramos su primera bici, le quité el freno de la mano
derecha, para obligarle a que frenase con la mano izquierda afectada.
Hemos estado así casi 3 años, para que cogiese el hábito de frenar
también con su mano izquierda.
Antes de que fuese totalmente sólo con
la bici, le volví a poner los dos frenos para darle mas seguridad al
frenar, pero diciéndole que tenía que usar los dos frenos a la vez.
Actualmente mi hijo tiene ya el hábito adquirido de frenar con las
dos manos a la vez.